Palabras sagradas



Cuando vas incorporando la religión helena en tu vida las cosas a veces pueden resultar difíciles por falta de orientación o una guía o algún texto que te oriente. Y es que no contamos con un “libro sagrado” que nos dé los X mandamientos a seguir. Quizás por la herencia cristiana, estamos a acostumbrados a tener quien nos diga qué hacer y por dónde caminar. Pero ¿cómo podemos seguir un modo de vida si no tenemos en qué sostenernos? Esto nos impulsa a dos cosas: a investigar con más tesón y buscar todo lo que nos pueda ayudar y a ponernos un poco en el contexto y marco de nuestros Dioses. Para ello es imprescindible abarcar no solo la mitología, sino la filosofía, la literatura y otros campos de la vida cotidiana. En fin, la totalidad del asunto. Con respecto a esta cuestión, el concepto que se tenía de la literatura en relación a los Dioses nos es vital. Y esto es algo que explica muy bien el propio Platón.

En el Ión, uno de sus diálogos en los que habla de su idea de literatura explica lo que entiende por el “oficio de rapsoda”. El diálogo transcurre entre los personajes “Sócrates” y el poeta “Ion” Sobre los poetas dice que aparecen en todas las fiestas hermosamente vestidos, haciendo patente su peso social. Así mismo habla de Homero como el mayor de los poetas y “el más divino”. Esto en si no significa solamente que escribiera de forma más bella, sino que estaba más elevado hacia los Dioses, siendo objeto de estudio de otros poetas no solo en contenido, sino en un sentido más místico, profundizando en sus obras. Compara ai Homero y Hesíodo: ambos hablan de los asuntos humanos y divinos, de guerra y del cielo y el Hades, de artes adivinatorias…sin embargo es el propio Ion quien le dice a Sócrates que Homero le produce ese despertar y esa claridad de ideas que Herodoto (y de hecho ningún otro poeta) no le transmite. Es por eso por lo que se estudia a Homero. Pero acerca de los temas que tratan los poetas, alguien que los conociera podría comprenderlos y tratarlos, por ejemplo un adivino podría hablar de adivinación, pero nadie como un poeta, que se adentra en la obra de una forma más profunda. Así pues, un hombre de versos podría juzgar al resto de poetas. Observamos como de forma pŕactica, los asuntos de la medicina, dice Platón a través del Sócrates fictício, serán tratados y juzgados por un médico. ¿Por qué solo se estudia a Homero, si existen más poetas? Dice Ion, que es solo con Homero con quien las ideas se le presentan con claridad y con quien es capaz de elevarse de alguna forma. Dice que con el resto de poetas se siente como dormido. Llega a la conclusión de que el poeta no posee tal gusto ni cualidad por practicar el arte poético, sino que de por si, esto es como una energía magnética, una virtud divina. La musa inspira de la misma forma al poeta y atrae a otros poetas, creando una cadena por donde se expande la virtud divina. Afirma que el rapsoda está fuera de si mismo cuando compone su obra, en un estado parecido a las bacantes. “El poeta es un ser alado, ligero y sagrado, incapaz de decir mentiras mientras está poseído por la inspiración” afirma. Al ser un canal directo con los Dioses, Platón expone que que todo poeta es capaz de ser oráculo de los Dioses en el momento de la inspiración. ¿Si Homero es el más cercano a los Dioses, por qué no estudiarlo de forma más profunda a él, como fuente de inspiración? Vemos pues como, los Dioses hacen sobresalir al poeta en una parte de su arte y no en todas las disciplinas de modo que sean como profetas en su propio campo, para que quede patente que es a través de ellos, con la inspiración divina, de quienes nos hablan al resto de los mortales. ¿Por qué solo “Ión” se despierta con Homero? porque realmente él fue para Platón el primero y más cercano a los Dioses.

Patón cambió de idea más adelante en el libro décimo de la República, pero en el Ión, (ya sea discutida o no su autoría) no hace más que dar una perspectiva de lo que la sociedad ateniense creía en aquella época con respecto a los Dioses y la literatura. Generalmente los poetas componían himnos para ellos y es una creencia lógica, desde el punto de vista del mundo heleno. En las páginas del Fedro, el mismo Platón ensalza la inspiración como una “virtud divina”.  Pero no solo eso, sino que podemos imaginar como el arte está integrado en toda la vida cotidiana; vemos vestiduras con escenas mitícas, vasijas de uso común, fiestas dedicadas a los Dioses en un calendario en el que participaban todos los miembros respetables de la sociedad. En las grandes fiestas teatrales Atenienses de cada año se entremezclan representaciones acerca de lo divino y lo humano cuyo nexo y vehículo es la literatura. En las fiestas en honor a cada Dios se recitaban tanto los himnos antiguos como nuevas composiciones. Los Dioses estaban presentes en todo momento de la vida cotidiana, no solo para los más intelectuales ni dotados de grandes virtudes divinas literarias, como decía Platón. Los Dioses era la mayor fuente de inspiración para la literatura, para las frases hechas y refranos también. Esta fuente de inspiración se renovaba con la gran inventiva e imaginación de volver a contar las viejas historias, como una energía que se renueva y se mueve, cambia con el teimpo, y desde un punto de vista más místico, quizás los propios Dioses inspiraran diferentes historias de acuerdo con las necesidades del mommento y el lugar. Está documentado que en la Atenas del s. V aC. la mayor parte de la educación consistía en aprender y recitar los cantos a Dioses y Héroes, de temas históricos. Era de buen gusto entretener a los invitados con poesía y cantos, incluso si gozabas de un buen status pagar a un profesional. Incluso mirando hacia Esparta, aquella gran polis que parecía dedicarse solo a la guerra, también produjo escultura, mosaicos, pinturas, templos embellecidos con detalladas decoraciones.

Hoy en día todavía los Dioses inspiran películas, canciones, novelas, escultura y cualquier manifestación artística contemporánea. Así pues, ser escritor, músico o poeta, lejos de ser un mero entretenimiento o algo con lo que obtener fama o dinero, es uno de los canales más sagrados hacia los Disoes. Por eso mismo, cuando decidamos a qué autores leer, qué mandamientos seguir o por dónde empezar, busquemos siempre las fuentes clásicas como base. Y preguntarnos entonces ¿Tendrá Homero algo que contarme? Sin duda, recordad que podrían ser las mismas voces de las musas.

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